Riceviamo e con grande piacere e gratitudine pubblichiamo il seguente commento.
Qui una traduzione sommaria.
Una esperanza que no defrauda
José Luis Restán
Periodista Director Editorial de COPE paginasdigital.es
Es ya un clásico oír en ciertos ambientes que la Iglesia es incapaz de conectar con los jóvenes, que su propuesta no puede decir ya nada a su corazón cargado de deseos, a su búsqueda y a su rebeldía. Juan Pablo II sabía de estas cosas, él había pasado días y noches con los jóvenes a la luz de las estrellas, hablando del amor y del dolor, de la vida que explota como una promesa y después parece deshacerse en frustración. Y el gran Papa polaco tuvo la intuición genial: suscitar una modalidad nueva, un instrumento para extender y prolongar ese diálogo de vida entre Cristo y el corazón de los jóvenes de esta época. Ya no sería a los pies de los montes Tatra, sino en las campas de Denver, en las avenidas de París, en la bahía de Sydney o en nuestro querido y viejo Madrid.
Un lugar para que se encuentren el deseo y su respuesta. No un entretenimiento que después se esfuma dejando un sabor amargo, sino una verdadera fiesta del corazón. Pues como ha dicho agudamente Benedicto XVI, nosotros podemos organizar la fiesta pero la alegría sólo puede venir del Espíritu Santo. Para los jóvenes de varias generaciones las Jornadas Mundiales de la Juventud han sido jalones reales de su propia vida, de sus afectos y sus estudios, de sus proyectos e ilusiones, sobre todo han sido y son un espacio en el que despunta la vida como vocación, como respuesta a la llamada de un Amor que te dice: ¡camina!.
A partir de este jueves en Madrid, Benedicto XVI recordará a los jóvenes que están hechos para lo que es grande, para el Infinito. La vida es la aventura que nos lleva a descubrir quiénes somos, cómo se cumple el deseo de felicidad que nos constituye. Y lo que la Iglesia ofrece para esa aventura es la relación viva con Jesús, no una hoja de ruta con instrucciones y preceptos. Una relación que sólo puede vivirse dentro de un pueblo, en el seno de la gran familia de los creyentes.
Ojala que muchos jóvenes, tal vez decepcionados de tantas cosas, se acerquen para escuchar, ver y tocar este acontecimiento. Para reconocer en la palabra del Papa, en la unidad visible de sus compañeros, en la vida que bullirá por todas partes, una promesa para su corazón inquieto. Una esperanza que no defrauda.
http://www.cope.es/opinion/una-esperanza-que-no-defrauda-33847
Iscriviti a:
Commenti sul post (Atom)
Nessun commento:
Posta un commento